
Tres técnicas para llegar a destino
Las ideas que aquí comparto aplican para nuestros hijos y también para nosotros, los adultos, y son una invitación a pensar el tema desde una perspectiva diferente.
Columnas y Opinión29/08/2016

Actualmente vivimos inmersos en una sociedad que nos empuja a vivir el ahora, sin pensar en el mañana. Por tal motivo, es fundamental brindarles a nuestros hijos herramientas para tener metas que alcanzar con esfuerzo, y así llegar a destino. Las ideas que aquí comparto aplican también para nosotros, los adultos, y son una invitación a pensar el tema desde una perspectiva diferente.
Cuando uno queda atrapado en sus pensamientos, se encuentra en una encerrona mental. Todos imaginamos una acción y que el otro reaccione de determinada forma. Por ejemplo, ir a pedirle un aumento al jefe y que diga que sí. Los seres humanos pensamos linealmente: nos imaginamos previamente lo que vamos a hacer y cómo los demás van a reaccionar. La encerrona mental tiene lugar cuando me imagino una situación y sucede algo distinto de lo que esperaba. La mayoría de las personas, insisten una y otra vez. A veces, llegando incluso a la violencia verbal. Pero, en lugar de insistir, podemos optar por aplicar algunas de estas técnicas para conseguir un objetivo:
1. Relajarse
Cuando aprendo a relajarme, dejo de insistir; pero, cuanta más ansiedad tengo, más me empeño en aferrarme a un argumento. Cuando nos tomamos veinticuatro horas, o dos días, frente a circunstancias adversas, logramos tranquilizarnos. Nuestro cerebro ya no se enamora del argumento repetitivo que no nos funciona, sino que comienzan a aparecer ideas nuevas para encarar la situación donde estamos trabados. Estar tranquilo, relajarse y serenarse es una invitación a la creatividad.
Cada vez que enfrentemos un problema, lo mejor es relajarnos y permitir que nuestra mente genere una solución tangencial, inédita, nueva, distinta que antes no veíamos.
2. Ser cuidadores
Los padres tenemos la tarea de ser cuidadores de nuestros hijos. Porque, a más cuidado, menos angustia. Quien tiene hijos sabe que en algún momento sentirán temor y angustia. Hoy es común ver a niños y jóvenes angustiados en la escuela porque sufren bullying. Por eso, no les contemos a nuestros hijos menores problemas de pareja, ni económicos, ni del país. Ellos necesitan tener la seguridad de que nosotros los cuidamos y estamos disponibles para resolver todos sus problemas.
Transmitiles a tus hijos, hasta la adolescencia (cuando de héroes pasamos a ser villanos), que los cuidás y enseñales a defenderse, brindándoles los recursos. Cuanto más cuidado se siente alguien, menos angustia experimenta.
3. Hacer todo por uno mismo
Las batallas se ganan dentro del corazón. Algunos le colocan a una persona, o a alguien imaginario, una medalla de oro y ellos se quedan con la medalla de plata. Entonces, viven esperando que los demás hagan algo por ellos y buscan el reconocimiento externo. Con esa actitud, uno se convierte en esclavo del afuera. Pero, si les enseñamos a nuestros hijos a hacer su propio reconocimiento interno, a celebrarlo y disfrutarlo, no necesitarán ser reconocidos por nadie.
Relajarnos, ser cuidados y hacer las cosas por uno mismo son tres puertas a la libertad y a la concreción de nuestros sueños. Vale la pena ponerlas en práctica.
Para Periódico Móvil
Bernardo Stamateas en
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