Una mirada diferente

Podemos enojarnos con todo el mundo, ponernos a llorar y preguntar: “¿Por qué me pasa esto a mí?”; o podemos caminar sobre las piedras y llegar a nuestra meta.

Columnas y Opinión26/09/2016Mariela AldereteMariela Alderete

Todos tenemos nuestro propio punto de vista. Muchas personas suelen expresar: “Yo soy así y punto, no voy a cambiar”. Se trata de un pensamiento absolutista, pues una misma situación puede verse desde diferentes ángulos que se van modificando, aun en una misma persona, con el tiempo. Frente a un mismo hecho negativo, algunos se paralizan y lo ven desde la perspectiva del fracaso o del error; mientras que otros ven muchas posibilidades y terminan encontrando una salida. Quienes piensan de esta manera saben que siempre se puede extraer algo bueno de cualquier situación, lugar o momento.

 

Las personas que son capaces de ver una dificultad con diferentes miradas saben que, a la vuelta de la esquina, pueden encontrar una oportunidad. J. R. R. Tolkien, autor de El señor de los anillos, descubrió su pasión por los mundos fantásticos cuando lo picó una tarántula en la infancia. ¿De qué manera? Pasó su convalecencia leyendo una enciclopedia sobre criaturas mitológicas, que años después le sirvieron de inspiración para sus libros.

 

Lo que para muchos es sinónimo de frustración: una pérdida, una separación, un fracaso; para otros, es una oportunidad. Aquel que tiene una perspectiva negativa ante los sucesos negativos se siente impotente y solo ve piedras en el camino. Lo cierto es que todos encontramos alguna vez un obstáculo: un embotellamiento de tránsito, la falta de dinero, una enfermedad inesperada, etc.

Frente a ello, podemos enojarnos con todo el mundo, incluidos nosotros mismos, ponernos a llorar y preguntar: “¿Por qué me pasa esto a mí?”; o podemos caminar sobre las piedras y llegar a nuestra meta.

La actitud que adoptemos dependerá de nuestro nivel de tolerancia a la frustración, que varía de persona a persona. Algunos se dan por vencidos ante una piedrita en el camino; otros siguen adelante aunque haya cientos de piedras. Estas personas poseen un alto nivel de fortaleza interna. Pero, en los tiempos que corren, muchos demuestran tener tolerancia cero a la frustración.

 

A menos fortaleza interna, menos tolerancia a la frustración.

 

Tal vez, al leer estas líneas, te des cuenta de que necesitás cambiar de lugar, de perspectiva. La crisis no está determinada por el obstáculo, sino por tu capacidad de ver los acontecimientos de manera positiva, gracias a tu fortaleza interna.

 

A un grupo de personas que sabe hallar siempre algo bueno en cada circunstancia se les preguntó qué es lo primero que dicen cuando les ocurren cosas como estas:

1. Están manejando tranquilos y alguien los choca.

2. Les roban el celular nuevo.

3. Piden un aumento en el trabajo y se lo niegan.

Su respuesta fue: “¡Podría haber sido peor!”.

 

Siempre es posible darle un giro a todo lo que nos sucede en la vida. Es decir reencuadrar o reinterpretar un hecho, lo cual significa que un mismo episodio puede tener multiplicidad de lecturas. Todo depende de la forma en la que uno ve la realidad. Una nueva lectura nos ayuda a entender que eso negativo que pasó no condiciona nuestro futuro.

Por Bernardo Stamateas
Para Periódico Móvil

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