Alcanzando mi propósito en la vida
Los seres humanos fuimos creados con un propósito y deberíamos dedicar nuestra vida a descubrirlo y cumplirlo, sin distraernos mirando a los demás.
Columnas y Opinión07/11/2016Mariela AldereteMuchas personas viven compitiendo con los demás. Viven mirando lo que hace el otro, sin darse cuenta de que sencillamente pierden el tiempo. Lo cierto es que, cuando uno mira lo que hace alguien más, se olvida de vivir su propia vida. Cuando uno procura superar a otro, se distrae y pierde la oportunidad de cumplir el propósito con el cual nació.
¿Qué es propósito? Todo lo que existe tiene un propósito. ¿Cuál es el propósito de un micrófono? Amplificar el sonido. ¿Cuál es el propósito de una silla? Servir de asiento. El propósito de un martillo es martillar. ¿Qué cosa? Un clavo. Yo puedo golpear el piso o un árbol con el martillo. Pero cuando martillo un clavo, el martillo es feliz porque conecta con su propósito.
De igual forma, los seres humanos fuimos creados con un propósito y deberíamos dedicar nuestra vida a descubrirlo y cumplirlo, sin distraernos mirando a los demás. Esa es la única manera de llegar a ser verdaderamente felices. Basta con observar a la gente que se dedica a aquello que ama.
Hay un propósito, un plan, una meta, un diseño extraordinario, único e irrepetible, para cada persona. A lo largo de la vida, atravesaremos diversas situaciones que nos ayudarán a formar nuestro carácter y nos entrenarán para lograr cumplir ese propósito especial. Propósito es un plan global para nuestra vida para que esta alcance plenitud.
Dentro de la formación para el propósito, estos dos sucesos colaboran a tal fin: las pérdidas y las crisis.
1. Las pérdidas
Para desarrollar carácter, todos pasamos por pérdidas y duelos. Todos hemos perdido, o vamos a perder, a un ser querido. Eso es parte de la vida. ¿Qué hacer ante el dolor? Cambiar el enfoque. En vez de mirar el dolor que sentimos, deberíamos poner el foco en quien partió para honrarlo. Cuando una persona pone el foco totalmente en su dolor, se deprime; pero cuando una persona pone el foco en quien partió y dice “voy a honrar su memoria”, conecta con el propósito.
El dolor por quien partió no se supera, ni se olvida, sino que va mutando y se transforma en una nueva manera de amar a los que quedan vivos. Esa es la mejor manera de honrar a quien partió. Siempre quien partió nos deja una huella: un buen recuerdo que nos impactó, acompaña un momento doloroso y nos hace fuertes.
2. Las crisis
Las crisis también forman nuestro carácter para alcanzar el propósito. Está permitido llorar, cuando atravesamos una crisis, pero nunca deberíamos rendirnos. Podemos llorar pero no retrocedamos, sigamos avanzando. Es totalmente válido, cuando enfrentamos un problema, llorar, sentirse triste y preguntar “¿por qué?”, pero nunca renunciar a lo que estamos llamados a hacer en la vida.
Una crisis no tiene que ser una tarjeta de presentación. A algunas personas uno les pregunta cómo están y responden: “Con muchos problemas”. Tal actitud solo nos coloca en el lugar de víctimas. Y necesitamos saber que los seres humanos somos mucho más que cualquier dificultad.
¿Ya descubriste cuál es tu propósito en la vida?
Para Periódico Móvil
Bernardo Stamateas en
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