El laburo, la moto y el rancho

COLUMNA

Columnas y Opinión 25/08/2017 Mariela Alderete Mariela Alderete
El asesinato del joven  Diego Costilla, además de generar conmoción en su entorno familiar y laboral, puso sobre el tapete algunas problemáticas específicas que dan cuenta del grado de ausentismo del Estado, o de la incapacidad de los funcionarios públicos para implementar políticas tendiendes a garantizar el cumplimiento de algunos derechos básicos. La inseguridad, el empleo informal y el acceso a la vivienda, son algunas de las variables que merecen ser analizadas para entender el contexto en el que Diego Costilla transcurrió los últimos años de su vida.
Si bien durante los últimos años de su corta vida, Diego Costilla logró alcanzar una relativa estabilidad laboral, como trabajador gastronómico, anteriormente había experimentado la plena informalidad laboral desempeñándose como bandejero en otros bares. Es justamente  la gastrononía, una de las actividades donde mayor informalidad existiría en la provincia. Si bien, no existen datos concretos, desde el sindicato que nuclea a trabajadores gastronómicos, UTHGRA, aseveran que la misma supera el 40% y que se da fundamentalmente en el interior de la provincia.  
Sobre lo que si hay números concretos, es sobre la cantidad de inspectores con los que cuenta, la Secretaría de Trabajo de la Provincia, a cargo del dirigente sindical Roberto Palina para llevar adelante su tarea: son 16 inspectores los inspectores con los que cuenta el organismo encargado de combatir el empleo en negro. ¿Hacen falta más números como para entender la problemática del empleo informal en la provincia?. 
Diego Costilla, como una gran cantidad de humildes trabajadores,  se trasladaba de su casa al trabajo y del trabajo a su casa, en su moto. Como para tener un estimativo, según los datos propiciados por la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM) en Tucumán se patentaron 19.979 motos en solo el primer semestre del corriente año. En mayo del 2016,  el jefe de la división Sustracción de Automotores, comisario Cándido Galván, aseguraba que en Tucumán se roban 13 motos por semana.  Hoy en agosto del 2017, el "Índice Blue de robo  de motocicletas", sostiene que en Tucumán se roban aproximadamente 15 motos por día, y que la violencia que emplean los delincuentes para sutraer los rodados, también ha crecido exponencialmente .
 Basta con recordar que, también el pasado viernes , a plena luz del día,  Fabián Maximiliano Varela fue asesinado en la puerta de su casa en el Barrio El Salvador, cuando intentaron robarle su motocicleta.  ¡Oh casualidad! la misma tarde del viernes, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer, desplegaría un operativo con 200 efectivos policiales en accesos periféricos a la ciudad, en el cual secuestrarían más de 160 vehículos y detendrían a 10 personas.
Diego Costilla tuvo el desgraciado privilegio de ser beneficiario de una vivienda social, esas casas que el IPVyDU construye cada vez menos y que maneja cada vez con más discrecionalidad. En el momento de su fallecimiento, Diego Costilla adeudaba varias cuotas de su vivienda, motivo por el cual la vivienda no fue "cancelada por fallecimiento". Su esposa con sus dos hijos, además de sobreponerse a esta durísima pérdida irremediable, deberá también lidiar con la deuda  que la casa mantiene con el IPVyDU, ese organismo cuya función social, se desdibuja cada vez que no puede atender casos como el de esta familia viuda y huérfana de Diego Costilla

Por Martín Faciano

El asesinato del joven  Diego Costilla, además de generar conmoción en su entorno familiar y laboral, puso sobre el tapete algunas problemáticas específicas que dan cuenta del grado de ausentismo del Estado, o de la incapacidad de los funcionarios públicos para implementar políticas tendiendes a garantizar el cumplimiento de algunos derechos básicos. La inseguridad, el empleo informal y el acceso a la vivienda, son algunas de las variables que merecen ser analizadas para entender el contexto en el que Diego Costilla transcurrió los últimos años de su vida.

Si bien durante los últimos años de su corta vida, Diego Costilla logró alcanzar una relativa estabilidad laboral, como trabajador gastronómico, anteriormente había experimentado la plena informalidad laboral desempeñándose como bandejero en otros bares. Es justamente  la gastrononía, una de las actividades donde mayor informalidad existiría en la provincia.

Si bien, no existen datos concretos, desde el sindicato que nuclea a trabajadores gastronómicos, UTHGRA, aseveran que la misma supera el 40% y que se da fundamentalmente en el interior de la provincia.  Sobre lo que si hay números concretos, es sobre la cantidad de inspectores con los que cuenta, la Secretaría de Trabajo de la Provincia, a cargo del dirigente sindical Roberto Palina para llevar adelante su tarea: son 16 inspectores los inspectores con los que cuenta el organismo encargado de combatir el empleo en negro. ¿Hacen falta más números como para entender la problemática del empleo informal en la provincia?.

Diego Costilla, como una gran cantidad de humildes trabajadores,  se trasladaba de su casa al trabajo y del trabajo a su casa, en su moto. Como para tener un estimativo, según los datos propiciados por la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM) en Tucumán se patentaron 19.979 motos en solo el primer semestre del corriente año. En mayo del 2016,  el jefe de la división Sustracción de Automotores, comisario Cándido Galván, aseguraba que en Tucumán se roban 13 motos por semana.  Hoy en agosto del 2017, el "Índice Blue de robo  de motocicletas", sostiene que en Tucumán se roban aproximadamente 15 motos por día, y que la violencia que emplean los delincuentes para sutraer los rodados, también ha crecido exponencialmente.

Basta con recordar que, también el pasado viernes , a plena luz del día,  Fabián Maximiliano Varela fue asesinado en la puerta de su casa en el Barrio El Salvador, cuando intentaron robarle su motocicleta.  ¡Oh casualidad! la misma tarde del viernes, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer, desplegaría un operativo con 200 efectivos policiales en accesos periféricos a la ciudad, en el cual secuestrarían más de 160 vehículos y detendrían a 10 personas.

Diego Costilla tuvo el desgraciado privilegio de ser beneficiario de una vivienda social, esas casas que el IPVyDU construye cada vez menos y que maneja cada vez con más discrecionalidad. En el momento de su fallecimiento, Diego Costilla adeudaba varias cuotas de su vivienda, motivo por el cual la vivienda no fue "cancelada por fallecimiento". Su esposa con sus dos hijos, además de sobreponerse a esta durísima pérdida irremediable, deberá también lidiar con la deuda  que la casa mantiene con el IPVyDU, ese organismo cuya función social, se desdibuja cada vez que no puede atender casos como el de esta familia viuda y huérfana de Diego Costilla.

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